La responsabilidad es el catalizador que fija las dinámicas más importantes de la sociedad.
Sin responsabilidad todo se diluye, todo produce la misma amalgama de desidia y desánimo por avanzar, por poner orden en los caos, por desarrollarse, por evolucionar.
Cuando los individuos dan la espalda a sus responsabilidades varias, niegan su propio papel en el mundo, en su mundo, en sus mundos. Dejan de tener sentido.