Tenía yo alrededor de 14 años. Llevaba casi un año en el instituto y además de las típicas andanzas y emociones de un adolescente recien afeitado, enamoradizo, torpe y zancudo, aquel tiempo fue maravilloso por una simple y única cosa: lo que entonces era la Universidad Laboral de Eibar organizaba (y organiza, me consta) unas jornadas de teatro increíbles que me permitían, a precio ridículo por ser alumno del centro, conocer mil mundos que hasta entonces ni siquiera había Imaginado. Después de aquellos años de teatro barato y maravilloso, puedo asegurar que sueño mucho más. Y mejor.
Una de aquellas noches de entre semana, con poco público, me robó el sueño Pep Bou.
Ayer, gracias a Alt1040, descubrí unas fotos (de Jason Tozer para Creative Review) que me trajeron a la memoria aquella noche de mi pubertad.
Disfruten con estos mundos tan delicados, casi, como los del teatro…