Llevo ya unos días, desde que saliese a la luz, usando la nueva versión de Ubuntu, la número 11.10 (octubre de 2011, claramente) con nombre de proyecto Oneiric Ocelot.
La actualización fue bien aunque, como casi siempre, me dio problemas la tarjeta gráfica Nvidia. Tras unos retoques echó a andar y la verdad es que parece que funciona algo mejor. No sé si será el nuevo núcleo de Linux (versión 3.0) o mejoras en el gestor de escritorio Unity o tal vez que éste último está ya basado en Gnome 3.
El caso es que va muy bien. La estabilidad de Linux está lejos de cualquier cuestionamiento y el software disponible es casi abrumador.
Y digo todo esto única y exclusivamente para animar a aquellos que lean esto a usarlo sin miedos y sin problemas.
Hoy en día, que cada vez más aplicaciones se basan totalmente en la web, no tienen sentido sistemas operativos pesados y farragosos sino cosas limpias y rápidas para acceder a la red y tenerlo todo allí. En esta línea va la política de Canónical con su integración del servicio de almacenamiento en la nube Ubuntu One con su propio sistema operativo. Si no te gusta Ubuntu One la integración con Dropbox es buenísima también.
Además, una de las grandes ventajas de las distribuciones Linux desde hace mucho tiempo es que puedes probarlas sin tener que instalarlas… ¿No lo sabías? Si te gusta te la quedas, sino no pasa nada. Los Live CD son una de las mejores ideas del mundo Linux, pruébalos, ya verás.