Gregorio Peces Barba (al que admiro, diré) escribe en El País un artículo titulado El valor de la Corona en el que habla sobre la monarquía parlamentaria española diferenciándola de las monarquías constitucionales…
Interesante y hasta cierto punto estoy de acuerdo… Pero no acaba de hablar sobre el coste «real» de la monarquía para el Estado. Dice que hay quien le achaca el hecho ser cara y poco transparente… ¿Y no es cierto?
Aún así el artículo me ha gustado. Uno siempre aprende con Gregorio.
Pues a mí no me ha gustado mucho. No digo que no existieran razones para instaurar ese sistema político en la transición pero esas razones no tienen por qué seguir vigentes. Al igual que el pueblo legitimó la figura de la Corona en 1978 puede ilegitimarla en un nuevo referéndum. La mascota de Barcelona’92 puede ser igual de fiel a la Constitución que el Rey. El Rey tiene sus propias ideas y éstas no siempre tienen por qué estar de acuerdo con la del Gobierno de cada momento. En fin… Que no me convence.
Esos y brazos.
Estoy de acuerdo contigo. Pero tampoco es incorrecto ni nada raro lo que dice el artículo. Está bien, sin más… Evidentemente y como decía un viejo amigo: «me gusta porque se puede mejorar». El artículo… Y el sistema, claro.
Brazos.
Ojo, aclaro, que me considero republicano… A mi lo del poder de padres a hijos tampoco me va… Y aún así el artículo me parecía interesante.
Y a Peces Barba lo admiro como legislador y hombre de leyes; me parece un gran divulgador del derecho, lo cual ya es bastante decir. Sus tendencias políticas y tal son otro tema que tampoco se debate aquí.